Por: TULIO ROMERO CULQUI
Un análisis señala que habrá menos turistas de los esperados, debido a la recesión económica y a lo costoso de las entradas y hoteles.
Ser el anfitrión parecía ser la solución a algunos de los mayores problemas económicos de Sudáfrica. Sin embargo, expertos consideran que diversos factores harán que la máxima fiesta del fútbol no sea tan rentable para la nación africana.
Antes de la crisis mundial, se había previsto que 450 mil personas asistirían a la Copa del Mundo. Sin embargo, ahora el Comité Organizador Local (LOC) maneja la cifra de 200 mil y algunos analistas creen que llegará a 373 mil el número de visitantes.
La recesión económica, los altos precios de los boletos de avión, el elevado costo de los hoteles y de las entradas –además de la mala imagen de Sudáfrica por la delincuencia– son las principales causas por las que el primer Mundial celebrado en África recibiría menos turistas que los estimados en un principio.
Los boletos vendidos hasta ahora corresponden en 60% a espectadores locales y el otro 38% a turistas de otros continentes. Solo un 2% se vendió en el resto de países de África. “Los visitantes son menos, pero quienes vengan por el Mundial estarán más días y gastarán más”, sostiene Gillian Saunders, directora de la consultora Grant Thornton.
Se espera que los turistas aumenten su tiempo de estancia a casi veinte días y que vean hasta cinco partidos. “Eso supone que gastarán también más, alrededor de 3,000 euros por viaje, 1,000 más de lo previsto”, dice la analista. De acuerdo con sus cálculos, el impacto económico del Mundial será positivo.
El dinero gastado en el Mundial ha alcanzado los 5,540 millones de euros, la mayor parte procedente del erario público (4,000 millones), con un impacto económico bruto de 9,300 millones de euros.
El gasto de los turistas sumado al de la FIFA, prensa, visitantes oficiales y equipos será de 1,300 millones de euros, lo que significa el 0,5% de la economía del país. De acuerdo con el Gobierno, la inversión en infraestructuras ha servido para que el impacto de la crisis económica global no haya sido mayor.
Un análisis señala que habrá menos turistas de los esperados, debido a la recesión económica y a lo costoso de las entradas y hoteles.
Ser el anfitrión parecía ser la solución a algunos de los mayores problemas económicos de Sudáfrica. Sin embargo, expertos consideran que diversos factores harán que la máxima fiesta del fútbol no sea tan rentable para la nación africana.
Antes de la crisis mundial, se había previsto que 450 mil personas asistirían a la Copa del Mundo. Sin embargo, ahora el Comité Organizador Local (LOC) maneja la cifra de 200 mil y algunos analistas creen que llegará a 373 mil el número de visitantes.
La recesión económica, los altos precios de los boletos de avión, el elevado costo de los hoteles y de las entradas –además de la mala imagen de Sudáfrica por la delincuencia– son las principales causas por las que el primer Mundial celebrado en África recibiría menos turistas que los estimados en un principio.
Los boletos vendidos hasta ahora corresponden en 60% a espectadores locales y el otro 38% a turistas de otros continentes. Solo un 2% se vendió en el resto de países de África. “Los visitantes son menos, pero quienes vengan por el Mundial estarán más días y gastarán más”, sostiene Gillian Saunders, directora de la consultora Grant Thornton.
Se espera que los turistas aumenten su tiempo de estancia a casi veinte días y que vean hasta cinco partidos. “Eso supone que gastarán también más, alrededor de 3,000 euros por viaje, 1,000 más de lo previsto”, dice la analista. De acuerdo con sus cálculos, el impacto económico del Mundial será positivo.
El dinero gastado en el Mundial ha alcanzado los 5,540 millones de euros, la mayor parte procedente del erario público (4,000 millones), con un impacto económico bruto de 9,300 millones de euros.
El gasto de los turistas sumado al de la FIFA, prensa, visitantes oficiales y equipos será de 1,300 millones de euros, lo que significa el 0,5% de la economía del país. De acuerdo con el Gobierno, la inversión en infraestructuras ha servido para que el impacto de la crisis económica global no haya sido mayor.