Para Brasil no había otra alternativa que ganar para evitar fantasmas, quejas y hasta escándalo. Y eso hizo en la noche de Fortaleza: le ganó 3-1 a Venezuela y restableció su rumbo en estas Eliminatorias, tras el debut con derrota frente a Chile, en Santiago. Lo hizo sin los brillos de días más felices. Al cabo, se impuso con justicia, con cierto margen.